La capital del departamento del Atlántico se convirtió en un “aula abierta” para reflexionar sobre urbanismo y ciudad. (Fotos cortesía del grupo). Barranquilla, ciudad costera ubicada a orillas del río Magdalena y cercana al mar Caribe, ha forjado su identidad a partir de su relación con el agua y su papel como puerto estratégico para Colombia. Su reciente crecimiento urbano e industrial en torno al agua, durante lo que va de este siglo, se considera uno de los casos de desarrollo urbanístico más relevantes del país frente a los desafíos ambientales actuales. No obstante, este proceso también ha dejado en evidencia las dos caras de la ciudad: una Barranquilla visible, formal y turística, en contraste con otra invisible e informal que aún espera su momento de desarrollo. ¿Cómo se reflejan estas realidades en su arquitectura y dinámicas cotidianas? Para responder a este interrogante, un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín, realizó una visita académica a Barranquilla del 11 al 13 de julio en el marco del curso Espacios públicos: teorías, métodos y proyectos, asignatura electiva de la Maestría en Estudios Urbano-Regionales que también acogen estudiantes de los programas de Arquitectura; Especialización en Planeación Urbano – Regional, Doctorado en Estudios Urbanos y Territoriales y pregrado como opción de grado. “Este curso sensibiliza a los estudiantes sobre las posibilidades y las limitaciones de la infraestructura pública”, señaló el profesor Armando Arteaga, responsable del curso y coordinador de la visita. Sobre la relevancia de este destino, agregó: “Barranquilla se ha convertido en uno de los laboratorios urbanos más interesantes del país, junto con otras ciudades del Caribe, como Montería y Santa Marta. Mientras en ciudades como Medellín estos procesos urbanísticos parecen haberse detenido, en Barranquilla crecen y se transforman, dejándonos aprendizajes sobre las ideas, recursos y reglas que orientan las operaciones urbanas y los límites que enfrentan estas transformaciones en el territorio”. En este sentido, la salida de campo tuvo como propósito explorar las transformaciones recientes de Barranquilla y comprender sus proyectos de renovación urbana y espacio público, identificando tanto sus aciertos como las contradicciones que se presentan en el territorio. Durante la visita, realizada con el apoyo de la Facultad de Arquitectura y la Escuela de Planeación Urbano-Regional, los estudiantes recorrieron espacios estratégicos de la ciudad, entre ellos los frentes de agua, los proyectos de renovación en la ribera del río Magdalena y las intervenciones en el espacio público del centro histórico. Estos recorridos contaron con el acompañamiento de docentes del Departamento de Arquitectura y Diseño de la Universidad de la Costa (CUC), con quienes la Facultad mantiene una alianza de colaboración académica e investigativa que permitió enriquecer el análisis con las perspectivas de investigadores locales y contrastar las percepciones externas con las realidades cotidianas de la ciudad. Durante el recorrido, los estudiantes identificaron cómo las intervenciones urbanas de Barranquilla, aunque inspiradas en variados referentes, se adaptan a las condiciones naturales locales, priorizando el contacto con el agua y el fortalecimiento de la infraestructura pública. Sin embargo, también reconocieron los desafíos que enfrentan estos proyectos, especialmente en materia de sostenibilidad social y gestión comunitaria, que afectan a las comunidades vulnerables de los barrios marginados, cuya economía depende en gran parte de la informalidad visible en el espacio público. “Esta salida académica nos permitió ver los dos rostros de la ciudad y reflexionar sobre quiénes son realmente los beneficiarios de estas intervenciones”, destacó Mariana Correa, estudiante del curso. Por su parte, Julián Rojas y Rodrigo Rincón señalaron que la informalidad está presente en todas las ciudades del país, pero en Barranquilla sorprende su magnitud. Al finalizar la actividad, Alejandra Quintero planteó una pregunta que resonó en el grupo: “¿Para quién se construye realmente el espacio público de Barranquilla?”. Más que buscar respuestas rápidas a las problemáticas evidenciadas durante el recorrido, los estudiantes coincidieron en la importancia de reflexionar sobre las posibilidades y limitaciones de los proyectos de espacio público, entendiendo que estos, más allá de ser obras de infraestructura, deben contribuir a la consolidación del tejido social y a la transformación de las dinámicas territoriales de las ciudades. Así mismo, esta experiencia en campo, fortaleció la perspectiva comparativa de los estudiantes, al contrastar los procesos de transformación de Medellín con los que actualmente se desarrollan en Barranquilla y otras ciudades del Caribe, generando insumos para proyectos de investigación, propuestas académicas y reflexiones críticas que podrán ser compartidas con futuros grupos en experiencias similares. La visita permitió a los estudiantes mediar entre la mirada del visitante y los aprendizajes teóricos construidos durante el curso, reconociendo en las calles, parques y frentes de agua de Barranquilla un aula abierta para pensar críticamente los procesos de transformación de las ciudades colombianas en este siglo. Como resultado de esta salida académica, se están construyendo las memorias del viaje, un documento que recopilará los testimonios, reflexiones y aprendizajes de los estudiantes, el cual estará próximamente disponible en la página web de la Facultad. “El grupo agradece mucho el apoyo de la Escuela de Planeación Urbano-Regional y la Facultad de Arquitectura en esta fantástica experiencia que deja varios proyectos de cooperación”, concluyó el profesor Armando Arteaga. |