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Por estos días, las artes plásticas se toman Antioquia con la BIAM, retomando una tradición que hace más de medio siglo convirtió a Medellín en punto de referencia para el arte latinoamericano.

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Desde el 2 de octubre hasta el 25 de noviembre se celebrará este evento en Antioquia.

 Con la inauguración de la Bienal Internacional de Arte de Antioquia y Medellín (BIAM), el pasado jueves 2 de octubre, la ciudad vuelve a convertirse en epicentro del arte contemporáneo, luego de 28 años sin celebrarse este evento.

El arte, una ventana a la libertad inspira la actual edición, que ofrece una visión expandida y descentralizada de las prácticas artísticas presentes en el territorio. Como la pintura y el dibujo expandido, que recuperan imaginarios rurales, botánicos y populares. La escultura y la instalación con materiales locales, como la madera, la arcilla, los metales o los residuos agrícolas. Prácticas de arte relacional y comunitario, donde el proceso participativo tiene tanto valor como la obra final. El video, la fotografía y el arte sonoro, que registran las transformaciones del territorio y las voces que lo habitan.

“En conjunto, estas expresiones revelan que en las regiones el arte no busca imitar tendencias globales, sino hablar desde la experiencia, la memoria y la pertenencia. Es un arte que nace del territorio y vuelve a él transformado en pensamiento visual”, manifestó Lucrecia Piedrahíta Orrego, curadora de la actual edición.

Con la participación de 43 artistas antioqueños y más 130 artistas de diversas partes del país y mundo,  y una amplia programación que incluye talleres, conversatorios y laboratorios creativos, dispersos en distintos espacios de la ciudad y en los 15 municipios donde está presente la Bienal. Antioquia se abre al arte del 2 de octubre hasta el 25 de noviembre de este año.

La programación de la Bienal incluye actividades en la Ceja, Rionegro, El Retiro, Apartadó, Jericó, Caucasia, Puerto Berrío, Ciudad Bolívar, Entrerríos, Yarumal, Cisneros, Sonsón, Santa Fe de Antioquia, Anorí y Urrao, porque el arte no solo se vive desde las ciudades, sino también en las regiones. 

“Hoy, casi tres décadas después, la discusión se ha desplazado hacia el arte desde el territorio, hacia prácticas que no solo ocupan el espacio público, sino que dialogan con las comunidades, los ecosistemas y las memorias locales”, destacó Piedrahíta, quien, además de ser curadora de la versión actual, fue la directora ejecutiva de la Nueva Bienal de Medellín, realizada en 1997.

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Desde el 14 de octubre, Sala U- el espacio de exhibición de la Facultad de Arquitectura UNAL Med-, se suma a la programación de la BIAM.

La actual edición, en comparación con las anteriores, destaca por la relevancia que han cobrado procesos de co-creación, aprendizajes compartidos y sensibilidad como forma de transformación social, evidenciando otras formas artísticas emergentes de expresar lo que sucede día a día en el territorio. “Esta edición no busca ocupar el espacio, sino escucharlo, habitarlo y transformarlo colectivamente”, manifestó Piedrahíta al respecto.

"Hoy asistimos a un momento en el que las fronteras entre arte, pedagogía, ecología y acción social se disuelven. Los artistas ya no solo producen objetos, sino experiencias que buscan activar memorias, cuestionar las violencias históricas y repensar las formas de habitar. En Medellín y en otras regiones de Antioquia, por ejemplo, emergen prácticas que trabajan desde el paisaje, el reciclaje, la agricultura, la sanación y la reparación simbólica, revelando cómo el arte se convierte en una herramienta de lectura crítica del territorio”, Lucrecia Piedrahíta Orrego, curadora de la BIAM.

Más de medio siglo de bienales de arte en Antioquia y Medellín

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Las tres primeras bienales fueron financiadas y organizadas por Coltejer, la compañía Colombiana de Tejidos, reconocida en su momento por ser la más grande de la industria textil en Latinoamérica y un símbolo de la prosperidad industrial antioqueña. Fotografía tomada de Diarioeditorial.com.

El panorama artístico ha cambiado significativamente desde que se realizaron las tres bienales de Coltejer (1968, 1970 y 1972), con el propósito de internacionalizar las expresiones locales e incluir otras expresiones distintas a la pintura. 

En 1981, el Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM) organizó el Primer Coloquio Latinoamericano de Arte No Objetual y Arte Urbano en paralelo con la IV Bienal de Medellín como respuesta a lo que estaba sucediendo en Medellín luego de las bienales de Coltejer; e intentó reconectar la ciudad con el resto del contexto artístico del continente. No obstante, los sucesivos cambios sociopolíticos agravados con el auge del narcotráfico en el país, terminaría influyendo en la frecuencia con que se realizaría este evento en la ciudad.

Es así como 16 años después, la Alcaldía de Medellín y la Secretaría de Educación y Cultura municipal organizaron la Nueva Bienal de Arte de Medellín y Festival Internacional de Artes, en 1997. Las reflexiones alrededor del arte, la ciudad y el espacio público, fueron los temas centrales.

La Nueva Bienal de Arte de Medellín contó con la participación de 15 países, más de 100 artistas en escena, la ubicación de diez obras permanentes en el espacio público y el encuentro internacional de críticos, artistas, arquitectos y urbanistas. Se activaron una serie de talleres de formación para guías y mediadores, se desarrollaron foros académicos, se capacitaron grupos de estudiantes de distintas universidades e institutos de la ciudad y se puso en marcha campañas de sensibilización en los barrios de Medellín para lograr así una comunicación directa con las esculturas de arte urbano.

“Fue una idea oportuna que llenó el vacío dejado por las cuatro Bienales realizadas en Medellín. Surgió en un momento de bruscos cambios en el arte, cuando era y es compleja la información y el público está ávido de sentirlo; cuando la exuberancia de la creatividad impulsa un arte no predecible dinámico y juguetón”, manifestó Piedrahita sobre la Nueva Bienal y el Festival. Y agregó: “El mayor acierto de este Festival es que se haya planeado como una síntesis de Arte y Ciudad”. 

Actualmente, esa síntesis se expande hacia las regiones con la Bienal Internacional de Arte de Antioquia y Medellín. Un evento que busca exponer artistas locales en conversación con artistas de las artes nacionales y activar una formación de público directamente en las subregiones de Antioquia que reclaman mayor visibilidad para dar cuenta de las culturas que los definen y las manifestaciones artísticas que desde allí se producen.