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Para Daniela Saldarriaga Gómez, la vida ha ido señalando su rumbo. Nacida en el municipio de Caldas y con un acento paisa que revela su temperamento alegre, ha seguido esos caminos con naturalidad.
La abogada Daniela Saldarriaga Gómez ingresó a la Facultad de Arquitectura en julio de este año. Abogada, egresada de la Universidad de Antioquia y especialista en Derecho Público, Saldarriaga se desempeña actualmente como Profesional de apoyo de la Vicedecanatura Académica y de la Secretaría Académica de la Facultad de Arquitectura, cargo que asumió en julio de 2024. Sin embargo, su historia con la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, empezó mucho antes: hace ya ocho años, cuando llegó para realizar su judicatura en la Oficina Jurídica. Desde entonces, ha crecido profesional y personalmente dentro de la institución, dejando huella por su compromiso y amabilidad. Aunque el Derecho ha sido su campo de acción, su interés por la educación atraviesa gran parte de su historia. “Desde pequeña mi mamá me enseñó que el estudio es el camino. La educación pública me lo ha dado todo: colegio, universidad y trabajo. Por eso siento una gratitud muy grande con estos espacios”, recordó. “La vida a uno le va marcando el camino”, manifestó con serenidad, recordando que su paso por el Derecho no fue lineal. En su etapa estudiantil, su interés por el área penitenciaria la llevó a participar en proyectos con centros carcelarios en el Valle de Aburrá y otros municipios del departamento, una vivencia que, según ella, le enseñó a mirar la realidad con empatía y sin prejuicios. Esa mirada sensible y empática la ha acompañado a lo largo de su trayectoria académica y profesional. Tras finalizar su especialización, trabajó durante varios años en el área jurídica de la Sede Medellín y en otras entidades públicas del departamento. Sin embargo, a principios de este año decidió cerrar ese ciclo y buscar nuevos retos. “A veces la vida le genera a uno incomodidades que anuncian el fin de una etapa”, expresó al respecto. Así, luego de un breve descanso en abril de este año, llegó la oportunidad de vincularse a la Facultad de Arquitectura, donde hoy apoya procesos académicos y administrativos con entusiasmo renovado. Para Saldarriaga, el trabajo en la universidad es más que una labor profesional: es un espacio donde se puede ser feliz, aprender y compartir. “Uno nació para ser feliz y para estar en un lugar donde se sienta feliz”, afirmó convencida, con esa sonrisa tranquila que la caracteriza. En su tiempo libre disfruta viajar —“aunque es un lujo”, reconoció entre risas—, hacer ejercicio y aprovechar los espacios del campus: la piscina, las caminatas, los amigos que ha cultivado en la institución. Considera que la Universidad Nacional es un entorno privilegiado: “El campus es hermoso. Es una bendición estar acá”. Actualmente, vive en su natal Caldas con su pareja y su gata, Noche Alejandra. Su historia es la de una mujer que ha aprendido a escuchar los tiempos de la vida y a entender que cada decisión, incluso las más difíciles, abre nuevas posibilidades. Con alegría, Daniela Saldarriaga Gómez nos recuerda que el trabajo también puede ser un espacio para habitar la felicidad. |



