Proviene de una familia de médicos, pero nunca consideró ejercer esta profesión. Desde niño tuvo claro cuál era su pasión, y empezó a trabajar en proyectos y construcción desde que era estudiante de Arquitectura.

Se vinculó a la Universidad como profesor en 1988, pero suspendió la docencia, su otra pasión además de la Arquitectura, en 1993, por compromisos familiares y de su ejercicio como arquitecto. Aunque ya no estaba en la Universidad no se desvinculó de la academia, y en 2003 fue estudiante de la primera cohorte de la Especialización en Diseño Urbano.

Mediante la modalidad de reingreso se vinculó nuevamente a la Universidad como docente en 2006, y hasta 2008 participó en la formación de arquitectos en el área de Proyectos. Ese año asumió la dirección de la Escuela de Arquitectura hasta 2012, cuando tomó la dirección del Área Curricular de Arquitectura y Urbanismo, que asume hasta la fecha.

Para el profesor Pedro es una pasión la misión de formar arquitectos, y ese amor por su profesión y por la docencia le han impartido una mirada analítica y crítica del programa. En este sentido, planteó que debe haber diversidad de caminos y planteamientos en la formación de la Arquitectura, en especial al final de la carrera.

En su desempeño como docente – administrativo ha hecho importantes aportes para que la Facultad amplíe su mirada y fortaleza sus relaciones con universidades extranjeras y pares académicos que puedan ser aliados estratégicos en proyectos vigentes y futuros.

Así mismo, ha contribuido a la dinamización de eventos académicos como encuentros, seminarios y congresos, entere los que destaca aquellos que aportan a la cualificación en pedagogía y didáctica de la arquitectura, y ayudan a estructurar una red de investigación en el tema.

Dice que está rodeado de mujeres, su esposa y sus cuatro hijas, a quienes dedica todo su tiempo libre y con quienes le encanta viajar. Entre risas dice que en su matriarcado él es el que manda... lo que ellas ordenan.

Afirma que “viajar es una escuela personal y profesional invaluable. Pero hay que saberlo hacer, sea cerca o lejos contextualizar cada viaje”.  Agrega que la fotografía es su “goma silenciosa”, y aprovecha cada salida para hacer gala de este arte.

Se define como buen bailarín, parrandero y muy sensible en lo social. Hábil para detectar problemas y ayudar en su solución.