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2023 05 11 ConoBedoya

En el campo de la construcción, se han desarrollado procedimientos y procesos que han acarreado consigo grandes progresos para la calidad de vida y la calidad laboral de cada una de las personas que se inmiscuyen en este ámbito. Entre los tantos procesos de construcción que existen, hay uno que se destaca, debido a que es utilizado en la cotidianidad en todas partes del mundo, y este es llamado “cono de Abrams”. Este instrumento conlleva un procedimiento que permite definir si una mezcla de concreto es apta para su uso o no. El método del cono de Abrams ha sido un procedimiento tan confiable para las personas relacionadas con la construcción que se viene utilizando desde hace más de 100 años. Para establecer un contexto común, es como un panadero que todos los días debe realizar una producción de pan para venderlo al público. El panadero dispone de una parte de la masa para someterla a un procedimiento, con el fin de verificar en qué estado se encuentra su masa y si es apta para el consumo o no.

Carlos Mauricio Bedoya, profesor destacado dentro de la Facultad de Arquitectura, se puso en la labor de reformular este procedimiento con óptimos resultados. Desde el año 1990, durante su faceta como estudiante de la Escuela de Construcción, Bedoya fue cautivado por la manera en que operaba dicho ensayo, y debido a su vigencia y longevidad se dio a la tarea de reformular dicho procedimiento. Partiendo del modelo del molde de Abrams y la manera en que este opera, Carlos Mauricio se dio cuenta que la cantidad tanto de material, como de tiempo que era desperdiciado para realizar las pruebas sobre el concreto eran considerables. En su investigación, evidenció la manera en que al aplicarse este método se desperdician hasta 15 kg de masa de concreto, pues para realizar este procedimiento es necesario verter la masa sobre el suelo y estudiar las propiedades de su trabajabilidad. Este concreto no es utilizado en las construcciones, por protocolo debe descartarse; adicionalmente, este método puede imponer una gran carga tanto de trabajo y estrés sobre el cuerpo humano en especial sobre las mujeres, quienes se ven afectadas a corto plazo por los pesos que deben soportar o mover. Además -gracias a su investigación- evidenció que tanto hombres como mujeres sienten comprometida su salud al utilizar este método, debido a las posiciones que deben tomar para poder realizar el método de manera adecuada y evaluar la trabajabilidad de la mezcla de concreto.

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En consecuencia, el profesor Mauricio captó una oportunidad para hacer evolucionar este método antiguo como una alternativa económica, creativa, ergonómica, más amigable con el medio ambiente y con quienes la aplican en el campo de la construcción. De hecho, el profesor destaca la manera en la que especialmente la mujer comienza a abrirse campo por el terreno de la construcción, y este método bautizado con el nombre de “cono de Bedoya”, funciona como una herramienta que ellas pueden implementar para disminuir accidentes laborales como también para realizar de una manera mucho más óptima su trabajo. El profesor destaca la manera en que la mujer en los últimos años ha adquirido un papel cada vez más protagónico en el campo de la construcción, a tal punto que, en sus clases sobre materiales predomina el número de participantes femeninas ante el masculino.

En el desarrollo del cono de Bedoya participaron los profesores Cristian Santa –análisis estadístico–, Carlos Mejía –flujos de energía y materiales– y Mauricio Bedoya, de quien toma su nombre. El proceso para obtener reconocimiento nacional e internacional comenzó en el laboratorio y por casi dos años estuvieron en su desarrollo, luego de esto decidieron patentarlo con la Universidad Nacional de Colombia en el año 2019. Al obtener dicha patente, los profesores decidieron publicar su investigación en el Journal Civil Engineering and Architecture indexado en la base científica internacional SCOPUS, la cual fue recibida de muy buena manera por esta revista.

El camino a seguir es esperar la aprobación de la norma técnica, en la cual se especifique que puedan utilizarse tanto el cono de Abrams, como el cono de Bedoya. El ICONTEC (Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación) solicitó redactar el borrador para el procedimiento, y se tiene proyectado que en el mes de mayo o junio los agenden para ir a presentarlo al Comité de Concretos del ICONTEC. Esto permite que la UNAL obtenga reconocimiento internacional, tanto por la metodología y el prototipo generado, como también por la norma internacionalmente instaurada.

El cono de Bedoya es un procedimiento que puede realizarse en todo el mundo, porque el concreto siempre se va a componer de las mismas materias primas: agua, arena, grava y la mezcla para el cemento. Este método permite a la Universidad Nacional de Colombia hacer su aporte a nivel mundial a la industria de la construcción, diferenciándose del proceso de Abrams; al realizarse no sobre el suelo sino en este dispositivo.