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2024 08 08 Marco Aurelio Montes

Con su caminar pausado, el profesor Marco Aurelio Montes Botero se pasea por la Facultad de Arquitectura. Saluda a colegas y estudiantes por igual. Quienes tienen el privilegio de compartir con él dentro y fuera de las aulas, lo describen como un hombre sencillo, comprometido en su quehacer de la arquitectura y la docencia, sin pretensiones de hacer gala de su gran talento, el cual le ha merecido reconocimientos en su oficio como bienales nacionales de arquitectura, entre otros premios.

Montes es profesor del programa de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín. Es el encargado de la asignatura Taller 3, que trata sobre las bases fundamentales de la vivienda, así como el estudio de los factores positivos y negativos que rodean este tipo de construcciones. En esta institución ha ejercido la docencia en varias oportunidades y con ello, la satisfacción de aportar desde su experiencia en la formación de los jóvenes arquitectos que reciben sus clases. 

Actualmente, esta misma institución le informó sobre su retiro formal del cargo que venía desempeñando desde hace 15 años, según lo establece la Ley 1821 de 2016. Sin embargo, él no se quiere ir. Cuenta que aún tiene mucho por aportar a la formación académica de los estudiantes de la Facultad. Por lo que, espera llegar a un acuerdo con la universidad que le permita continuar enseñando en la Facultad.

“Me quedo, fundamentalmente, porque creo que puedo contribuir a los jóvenes para que puedan vivir mejor. Para que tengan un desarrollo satisfactorio en su vida profesional”, dijo con su voz reposada y reflexiva.

 

Un arquitecto íntegro y modesto como sus obras

Montes nació en 1944 en Manizales, Caldas. Es hijo del ingeniero Arturo Montes Sáenz y Elena Botero Nicholls. Gracias a las excursiones junto a su padre, germinó en él la curiosidad por el diseño y proyección de obras arquitectónicas que, luego de graduarse como bachiller, lo llevó a estudiar ingeniería en la Universidad Nacional de Colombia, Sede Manizales, en 1961. No obstante, al año siguiente cambió de pregrado y de universidad, pasándose a Arquitectura en la Universidad Pontificia Bolivariana.

“Hablar de arquitectura es hablar de una disciplina que proyecta y transforma, como un arte que indudablemente busca encontrar el sentido de la vida del hombre”, dijo Montes respecto a su oficio en una entrevista hecha por este medio hace años.

Unidades residenciales, edificios de importantes universidades e instituciones administrativas públicas, centros comerciales y viviendas de bajo y mediano costo conforman los 36 proyectos arquitectónicos en los que este arquitecto ha trabajado en sus más de cincuenta años como profesional.

“La arquitectura del profesor es discreta, sensata, que no grita en el paisaje de la ciudad y que con un tono muy moderado se adapta adecuadamente a las necesidades reales”, dijo el profesor Juan David Chávez, quien colaboró en la elaboración del libro Obra 6, seis lecciones de arquitectura en la producción de Marco Aurelio Montes Botero, que recoge la vida y obra del manizaleño.

 

Un profesor con sentido ético de la arquitectura

La primera experiencia de Montes como profesor fue en la Escuela de Arquitectura de la UNAL Manizales en 1969. En ese entonces, trabajaba en varios proyectos como arquitecto y en su tiempo libre se dedicaba a la docencia. En 1972, se mudó a Medellín y se vinculó a la Facultad de Arquitectura de la sede local de la UNAL. Un paro que se prolongó por dos años y un viaje al exterior en busca de mejores oportunidades laborales, lo separaron de la docencia por cinco años. Luego de regresar a la ciudad en 1977, la Universidad Pontificia Bolivariana le ofreció un puesto como profesor. Allí estuvo hasta el 2009, año en que se vinculó nuevamente en nuestra Facultad.

De su labor como docente, Montes deja claro que “el objetivo principal de un profesor es motivar a su alumno a tener un espíritu investigativo, a inquietarse por descubrir el mundo de posibilidades que hay detrás de su disciplina, a tener un pensamiento crítico y objetivo, a tener razones suficientes para seguir estudiando y aprendiendo durante toda la vida, a ser una persona íntegra y competente capaz de contribuir positivamente a la sociedad”.

A pesar de la normativa que establece su retiro, Montes, con más de medio siglo de experiencia y un profundo sentido ético de la arquitectura, se resiste a dejar las aulas de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín. Su compromiso con la formación de jóvenes arquitectos, su humildad y su pasión por la docencia lo mantienen firmemente arraigado en su misión de seguir contribuyendo al desarrollo profesional y personal de sus estudiantes.