El protagonista de esta inspiradora historia de vida se llama Juan Fernando Posada Aristizábal, un hombre humilde, trabajador e incansable soñador quien llegó a la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín con la ilusión de transformar su vida a través de la educación. Una decisión que trajo consigo retos y sacrificios que él ha sabido superar con convicción. Actualmente, espera la ceremonia de grados del próximo 24 de septiembre para recibir el título que lo certifique como arquitecto, y así, cumplir el sueño vislumbrado hace años, que lo motivó a cambiar la minería por las aulas. “Pienso que uno en la vida siempre tiene que soñar”, dijo, “mientras uno más desarrolle esa capacidad de soñar, mejores oportunidades se encuentra y mejoras las cosas, porque tiene más sentido de pertenencia, porque uno quiere cambiar, porque uno le pone más sentido a la vida y eso nos da constancia, que es lo que más nos enseñan aquí en esta carrera de arquitectura: estar siempre intentando”, agregó. Bajo tierra Posada es oriundo de Segovia, Antioquia, municipio famoso gracias al negocio de la minería. Cuenta que sus padres se mudaron a este municipio, ubicado en el nordeste del departamento, en 1966. Continuando con el oficio que les proveía recursos para vivir, sus padres emprendieron como sastres pero no funcionó, por lo que el padre optó por trabajar como minero en Frontino Gold Mines, la reconocida empresa minera que estuvo presente en el territorio hasta su liquidación en el 2011. Gracias a la trayectoria lograda por su padre en la compañía minera, Posada recibió un patrocinio para realizar la técnica profesional en minería bajo tierra en Sogamoso, Boyacá. Luego de graduarse, regresó al pueblo e ingresó a trabajar en la Frontino Gold Mines, donde estuvo seis años. De allí se mudó a Medellín. Estando en la ciudad, aprendió sobre construcción, carpintería y se desempeñó como supervisor de obras civiles unos años, hasta que le resultó un puesto en una mina de piedra caliza en Santa Bárbara, Antioquia, el cual aceptó. Luego, trabajó en la realización de planes de seguridad para mineros independientes y en topografía. Tras varios años ausente, retornó a su pueblo natal e ingresó a trabajar en Frontino Gold Mines en el 2000, hasta su retiro definitivo ocho años después. Persiguiendo un sueño Cuenta Posada que su amplia experiencia en el sector minero, así como cumplir un sueño inconcluso, fueron motivaciones suficientes para empezar a estudiar, al principio ingeniería civil en la Universidad de Antioquia hasta que fue admitido en el programa de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín en el 2015. “Analizando el programa de la arquitectura de la Nacional vi que ahí estaba como el rumbo que yo quería darle a mi vida y desde ahí me enamoré de la arquitectura”, manifestó Posada. Actualizar conocimientos después de 20 años de dedicarse a trabajar, adaptarse a las dinámicas de educación virtual durante la pandemia del COVID 19, entre otros desafíos, ha enfrentado Posada durante esta retadora etapa de formación profesional próxima a finalizar con éxito. La siguiente meta que Posada espera alcanzar es el doctorado. Por lo pronto viene investigando sobre la proyección y construcción de viviendas subterráneas desde hace un tiempo. Finalizada las jornadas de trabajo, dedica unas horas de la tarde a la investigación de este apasionante y prometedor tema. “Pienso que mi contacto con la universidad no se debe perder”. Trabaja como coordinador del Laboratorio de Producción Virtual y Graficación de la Facultad de Arquitectura desde hace tres meses. Motivo por el cual considera a la Facultad como “mi segunda casa, yo paso aquí todo el día”. Agradecemos a Juan Fernando Posada Aristizábal por dejarnos entrar un poco en su intimidad y compartir su experiencia profesional con la comunidad de la Facultad de Arquitectura. |