Desde su ventana, Paula Bermúdez observa la piscina olímpica cada vez que recuerda a su padre, a quien imagina feliz disfrutando de la natación. La piscina era su lugar favorito dentro del campus El Volador, al que solía acudir a menudo, luego de jubilarse como vigilante, tras dedicar 30 años de servicio a la Universidad Nacional de Colombia. Paula trabaja como secretaria de la Escuela de Planeación Urbano- Regional desde hace tres años, su oficina se encuentra en el cuarto piso del boque 24. “No seré secretaria”, respondió Bermúdez a su padre en una ocasión en que él sugirió, durante una conversación, considerar trabajar en la universidad, enumerando las ventajas y garantías que ofrece a sus empleados. “Él me decía: ´mi hija empiece con lo mínimo, ahí va haciendo carrera´, yo le respondí que no veía como secretaria y no le paré bolas a su consejo”. En ese momento, sus aspiraciones profesionales se dirigían hacia un camino diferente al de la universidad, un camino que, con el tiempo, se fue estrechando hasta que encontró en la universidad el destino al que debía de llegar inevitablemente. “Para mí fue como un mensaje”, recordó a su padre y sus consejos, el primer día cuando le entregaron las llaves de su oficina en el cuarto piso del bloque 24 y se percató de que su vista era envidiable: ¡tenía la piscina enfrente! Administración de empresas: su vocación profesional Bermúdez es Administradora de Empresas egresada de la Universidad de Antioquia. Decidió estudiar esta carrera siguiendo su instinto vocacional, cultivado desde que era una adolescente en las jornadas de clase en la Institución Educativa Jesús María El Rosal, Castilla, Medellín. “Las profesoras nos pedían escribir un diario vocacional, y cada vez que socializábamos la actividad, salía que yo era afín a una carrera administrativa o similar, por mi capacidad de liderazgo demostrada en ese momento”, recordó esta paisa que ha vivido toda su vida en la propiedad de sus padres, ubicada entre Kennedy y La Esperanza, donde se establecieron sus padres cuando emigraron del campo a la ciudad. Desde niña, Bermúdez demostró interés por las problemáticas de su comunidad. Participaba en los convites para pavimentar la calle, mejorar la Iglesia, los escenarios deportivos y educativos del barrio. De joven, realizó trabajo comunitario con varias redes juveniles del sector, cuyo propósito era ofrecer a los jóvenes alternativas distintas a la violencia que imperaba en la ciudad en las décadas turbulentas de finales del siglo pasado. En 1995, terminó sus estudios de bachillerato. Evaluando qué carrera estudiar, descartó salud, nutrición y artes, y eligió comercio, de acuerdo con sus habilidades en esta área. Se presentó a la Universidad de Antioquia dos veces, y aprobó la segunda vez. Después de graduarse como Administradora de Empresas en 2005, comenzó su trayectoria profesional enfocada en los Sistemas de Gestión de Calidad. Trabajó en empresas privadas de varios sectores, incluyendo la industria automotriz, la seguridad industrial y el sector educativo. En este último, desempeñó labores durante 10 años como docente: primero en la Institución Educativa Jesús María El Rosal y luego en el Instituto Ferrini. Su paso por la educación amplió su perspectiva sobre la educación, descubriendo en ella "un instrumento de transformación para edificar sueños a imagen y deseo de cada uno”, manifestó Bermúdez. En 2018, Bermúdez se presentó a un concurso profesional para ocupar una de las 22 vacantes de secretaria en las dependencias del campus El Volador. Quedó en la lista de elegibles y tuvo que esperar un año y medio para comenzar como secretaria provisional en la Facultad de Arquitectura. De allí pasó a la Facultad de Ciencias Económicas, donde trabajó seis meses, hasta que le ofrecieron el puesto actual. “Siento una conexión muy especial con la Facultad y me siento muy a gusto aquí”, expresó Bermúdez, agradecida por los beneficios que la universidad le ofrece y las amistades que ha formado en estos años de servicio. Una evaluación positiva del 2024 Bermúdez suele celebrar las fiestas de fin de año en compañía de su esposo arquitecto egresado de la Facultad y su familia. Es una fecha significativa para ella. Entre reuniones navideñas, la abundancia de alimentos, que le recuerda el campo cafetero de sus padres, y el compartir entre vecinos, disfruta esta paisita extrovertida y enérgica de las abundancias y encuentros posibles en diciembre. Entre los logros alcanzados el año pasado, destaca la especialización en Sistemas Integrados de Gestión que finalizó en la Universidad Pontificia Bolivariana gracias al G8, convenio de cooperación académica de posgrado en el que participa la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín. “No es cliché que la gente diga que la universidad le ha dado mucho. Yo a mi papá no le entendía tampoco esa parte”, manifestó ahora, que entiende y comparte la gratitud con que su padre le decía orgulloso de niña que esta era su primera casa. 2025 un año de propósitos por lograr Paula se ve por muchos años aportando desde sus conocimientos y habilidades a la Facultad. Quiere avanzar en su carrera profesional, siguiendo el consejo de su padre de que la universidad es el mejor empleador que puede haber. También espera reanudar pronto sus planes de viajar por Centroamérica, conocer el mundo y rememorar aquellos años de aventura errante por las regiones colombianas, brasileñas, bolivianas y argentinas. “Me encantaría conocer Machu Picchu, siento que es un lugar energético súperbacano, y Vinicunca, la montaña de los siete colores en Perú”. Inspirada por estos sueños, Bermúdez trabaja cada día para alcanzarlos. La universidad es el ancla que le permite crecer en todos los aspectos de su vida. Se siente feliz aquí, en la casa de todos aquellos que encontramos en esta institución una oportunidad transformadora que potencia sueños y dignifica la vida humana. |