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La transición energética es el cambio del sistema energético basado en combustibles fósiles hacia un sistema centrado en fuentes de energía limpias y renovables.
La profesora Elizabeth Arboleda Guzmán durante su ponencia en el II Congreso ANH: Estrategias Energéticas para Colombia. Durante el II Congreso ANH: Estrategias Energéticas para Colombia, realizado en Cartagena los días 15 y 16 de octubre de 2025, la profesora Elizabeth Arboleda Guzmán, directora de la Escuela del Hábitat de la Facultad de Arquitectura, participó en el panel inaugural titulado “La transición energética en el contexto global: cambio climático y descarbonización de la economía”. El Congreso, organizado por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), reunió a expertos nacionales e internacionales, representantes del sector público y privado, y académicos para debatir sobre los desafíos, políticas y oportunidades que plantea la transformación energética del país hacia modelos más sostenibles, justos y democráticos. “La transformación institucional, la diversificación de la matriz energética y la transición fiscal son pilares estratégicos para este Gobierno”, manifestó la exministra de Ambiente Irene Vélez. Durante la apertura del primer panel, Vélez examinó la transición energética desde una perspectiva nacional, a partir de dos ejes fundamentales: el cambio climático y la descarbonización de la economía. “La crisis climática no es un problema aislado, se trata de una crisis civilizatoria”, manifestó Vélez al respecto. Y agregó: “En ese sentido, es necesario repensar los modelos de producción, pero también repensar los modelos de poder y los modelos de consumo”. Por su parte, la profesora Arboleda aportó una mirada crítica sobre las dinámicas contemporáneas de la transición energética. La docente explicó que este proceso no debe entenderse como una simple sustitución de tecnologías o fuentes, sino como una transformación estructural en la manera en que las sociedades producen, distribuyen y consumen la energía, así como en su relación con los territorios y los recursos naturales. “La transición energética no puede reducirse a reemplazar una represa por un parque solar; la magnitud importa. Se trata, más bien, de democratizar la energía, distribuir la riqueza y redefinir la relación con los ecosistemas y las comunidades”, señaló la profesora Arboleda.
Desde una perspectiva internacional, la académica diferenció dos grandes enfoques en el debate contemporáneo: uno tecnocéntrico, que pone el énfasis en los artefactos y en la sustitución de fuentes, y otro sociocéntrico, que propone un cambio más profundo en los valores, las estructuras sociales y los modos de habitar el territorio. Asimismo, subrayó que la energía es un asunto de poder y geopolítica, y que, aunque Colombia no es un actor dominante en ese escenario, su diversidad biológica y cultural ofrece oportunidades singulares para posicionarse como un “laboratorio de procesos energéticos sostenibles en el trópico”. Existen dos grandes enfoques en el debate contemporáneo sobre transición energética: uno tecnocéntrico, que pone el énfasis en los artefactos y en la sustitución de fuentes, y otro sociocéntrico, que propone un cambio más profundo en los valores, las estructuras sociales y los modos de habitar el territorio.
Transición energética: hacia modelos más sostenibles y democráticos Durante su intervención, Arboleda insistió en que la transición energética debe trascender los marcos sectoriales y las discusiones centradas exclusivamente en el cambio climático, para integrarse a una visión más amplia del ordenamiento territorial, la regulación del uso del suelo y la gestión ecológica de los recursos. “El país aún no ha logrado pensar la energía desde el territorio. Seguimos bajo una regulación nacional centralizada, cuando el futuro exige una mirada local, diversa y participativa”, explicó la profesora Arboleda. Finalmente, la docente destacó que la transición no ocurre de forma abrupta ni unidireccional, sino como un proceso de convivencia entre distintas tecnologías, modelos y escalas de innovación. “La transición no es un salto al vacío de una tecnología a otra. Es una mezcla progresiva de soluciones, de ajustes institucionales y aprendizajes sociales que, con el tiempo, consolidan un nuevo sistema energético”, concluyó.
El II Congreso ANH abordó, además, temas como la democratización energética y las comunidades energéticas, los desafíos geopolíticos de los hidrocarburos, la energía eólica marina, la viabilidad del hidrógeno, los ajustes institucionales para una transición justa y el papel de la inteligencia artificial en la transformación del sector energético. Estos espacios de diálogo reafirman el compromiso de la Facultad de Arquitectura con la construcción de conocimiento en torno a los procesos de transformación energética y territorial, fundamentales para el futuro del país. Conoce las reflexiones que dejó el II Congreso ANH: Estrategias Energéticas para Colombia AQUÍ. |





