El pasado martes 26 de septiembre la Facultad de Arquitectura recibió la grata visita del profesor Remigio Nelson Melero Lazo. El profesor Nelson es arquitecto, con Máster en Ciencias. Profesor e Investigador Auxiliar de la Universidad de las Artes y de la Facultad de Arquitectura, tanto en el Colegio San Gerónimo, como en la Universidad de La Habana. (Universidad Tecnológica de La Habana, José Antonio Echeverría, Cujae). Adicionalmente, es reconocido como Experto Consultor de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe, UNESCO. El profesor Nelson Melero fue invitado por la Facultad de Arquitectura y la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín para realizar un intercambio amistoso de conocimientos entre colegas arquitectos y además fue invitado a realizar una conferencia en el Auditorio Samuel Melguizo Bermúdez. El profesor se manifestó encantado de realizar dicha actividad. Esta charla realizada por el profesor Lazo se tituló “La Recuperación del patrimonio construído de la Habana Vieja. Políticas y Estrategias para su manejo y gestión”. En esta conferencia el profesor comenzó realizando un recorrido histórico, político y contextual desde los años 20. Explicando la manera en la que se encontraba organizada la isla de Cuba y la manera en la que poco a poco sus habitantes comenzaron edificar y construir la ciudad en favor de traer progreso y desarrollo para el país. Nelson explica que el centro histórico se había convertido en la génesis del progreso en la isla, pero sus edificaciones se encontraban en un mal estado, más del 50% de las edificaciones de “La Habana” vieja se encontraban en mal estado, en gran parte por la falta de mantenimiento sistemático que debe realizarse en las construcciones. En su charla el profesor comenta que desde la década de los 30 comenzaron a realizarse acciones oficiales en la capital para intervenir puntualmente edificios con gran valor histórico, como el “Palacio de los Capitanes Generales” el cual fue restaurado en 1929 gracias al proyecto de Govantes y Cabarrocas, con el asesoramiento de José Manuel Ximénez emprendieron una remodelación capital, que incluyó reparaciones en el interior del palacio (muros, techos, pisos, carpintería, escaleras, instalaciones eléctricas). Se restauró, además, el monumento dedicado a Cristóbal Colón, levantado en el centro del patio en 1862. El arquitecto Remigio mientras avanzaba cronológicamente en el tiempo, continuó su discurso explicando que no existe un método único para emprender un proyecto de conservación, ya que la intervención de un bien cultural o inmueble es una experiencia original e irrepetible, porque ante cada elemento, el equipo tiene que encontrar soluciones acordes con la realidad económica y social del contexto en que desarrolla su labor. Añadió que las construcciones patrimoniales tienen diferentes elementos formales, decorativos, tipológicos, espaciales y funcionales que las caracterizan, y el restaurador debe conocerlos, manejarlos y preservarlos, pues constituyen rasgos distintivos de la identidad nacional cubana. Enfatizó que los proyectos de conservación de un exponente valor arquitectónico patrimonial deben ser concebidos con criterios de sostenibilidad, y las nuevas funciones para las que se habiliten deben ser compatibles con la estructura arquitectónica, sin que peligre su integridad y sus valores patrimoniales. El docente continuó expresando que en el período comprendido entre 1976 y 1992, la restauración en Cuba y en el centro histórico de La Habana Vieja se caracterizó por ser una actividad que contó con el apoyo y el reconocimiento oficial del estado, siendo asumida como una acción socio-cultural del país totalmente subvencionada por el gobierno central, aunque aisladamente se realizaron algunos trabajos de manera excepcional. Cuba en la actualidad cuenta con un valioso y excepcional patrimonio construido, y especialistas de diferentes disciplinas, a lo largo de todo el archipiélago, asumen hoy la ardua y compleja misión de preservarlo. En 1993, se creó “La oficina del Historiador de la ciudad de La Habana” con el objetivo de establecer un nuevo enfoque para la restauración de La Habana Vieja. Los nuevos mecanismos de desarrollo socioeconómicos adoptados por el país desde 1993 para hacer frente a la aguda situación de la economía cubana, favorecieron la entrada a los capitales extranjeros en asociaciones mixtas, un amplio desarrollo de la actividad turística en la que el centro histórico de la habana vieja tiene un importante papel, notables incrementos en la actividad comercial y de servicios tanto estatal como privada y el resurgimiento de inmobiliarias de viviendas. Adicionalmente se implementó un sistema de cobro de impuestos variables tanto para las empresas que poseen edificios en el territorio y que operan en moneda nacional y libremente convertible, así como para los trabajadores por cuenta propia que realizan sus actividades comerciales en el área del centro histórico. Las características de “La oficina del Historiador de la ciudad de La Habana” se encuentran expresadas en el siguiente párrafo escrito en un documento elaborado por el Plan Maestro: “El Plan Maestro debe afiliarse a un tipo de planeamiento que se aleje de los planes rígidos y centralizados, cuya esencia se basa en una participación de todos los ciudadanos y las entidades con influencia en el territorio, de manera tal que desde las primeras etapas, se garantice un proyecto gestionable, abierto y flexible, un espacio donde confluyen todos los actores para crear un instrumento concertado: el plan, cuya autoridad no emerja solo de la ley, sino de su adaptación a la realidad y de su carácter participativo. Este plan de nuevo tipo no se limita a una etapa de estudio, sino que es un proceso continuo generador de salidas parciales que permiten actuar sobre el territorio de manera inmediata y que, con un criterio de progresividad, irán perfeccionándose en la medida que se desarrollen”. En el período comprendido entre los años 2000 y 2009 se realizaron intervenciones de rehabilitación en 14 de los 20 edificios de la plaza, que combina la vivienda con otros usos gastronómicos, comerciales, culturales, etc., que completan un total de 118 viviendas recuperadas. Lamentablemente, el tiempo no permitió que la conferencia se extendiera mucho más, sin embargo, el profesor compartió algunas reflexiones a manera de conclusiones para terminar de deleitar a la audiencia que asistió el jueves anterior al Auditorio Samuel Melguizo Bermúdez. Para comenzar, el experto señaló que la recuperación del patrimonio cultural cubano y en particular del centro histórico de La Habana Vieja, ha constituido una enorme empresa en la que ha estado enfrascado todo el país de manera constante y denodada. En los momentos actuales la situación resulta compleja y difícil, amenazada por peligros y riesgos impuestos por cambios fuertes y rápidos en los escenarios nacional e internacional. También argumentó que es innegable la ausencia del historiador cubano Eusebio Leal Spengler, que desde hace cuatro años falleció. Aunque las personas no son imprescindibles, hay algunas que sí lo resultan. Eusebio se encargó de formar una conciencia y una actitud en el equipo que lo ha acompañado en su labor y cuyo compromiso es mantener y continuar la obra y el legado dejado por su ejemplo. A pesar de no estar incluida en los programas priorizados y pese a todas las dificultades por las que ha atravesado y continúa atravesando la nación, no se ha perdido la continuidad en su trabajo en estos tiempos duros; y podemos exhibir resultados que asombran y sorprenden a quienes nos visitan y en cada viaje descubren nuevas obras terminadas con aceptable calidad en su ejecución. Finalizando su intervención, el profesor Nelson argumentó que lo realizado resulta insuficiente ante la enorme obra que aún queda por hacer. La búsqueda de alternativas capaces de dar respuesta a la continuidad de la obra de restauración en cada tiempo ha sido una constante preocupación. En la actualidad los encargados de esta histórica responsabilidad estudian nuevas iniciativas, sin detener el paso, con esfuerzos propios, creativamente y con autenticidad, incorporando a nuestro lado a todos aquellos que estén dispuestos a sumarse a la colaboración en este noble empeño y encaminarnos juntos en los esfuerzos por conservar nuestra ciudad del futuro. Desde la Facultad de Arquitectura agradecemos al educador Nelson Melero Lazo por esta maravillosa intervención realizada en nuestra universidad. Igualmente agradecemos a todas las personas que asistieron, tanto profesores como estudiantes, que con sus preguntas e intervenciones dinamizaron e hicieron posible el éxito de este evento. Los invitamos a estar atentos a las carteleras y medios de comunicación de la facultad en donde se presentan con anticipación los eventos que se realizan en la Facultad de Arquitectura. |